Mi querida Lucía
 Hoy siento que mis zapatos arrastran años de intensa lucha y en este camino, el cansancio me detiene una vez más. Cojo aire, un último suspiro antes de arrimar este bastón que tantas veces sostiene mis miedos y elijo, un poco obligado, un banco casi tan decrépito como yo, y casi apostaría que con cientos de historias que contar, aunque dudo que pudieran ser más bonitas que la nuestra, mi querida Lucía.
     Una distancia impuesta nos separa, pero te siento aquí, sentada en mi banco, riñéndome porque hoy tampoco combiné bien los calcetines, quizás ya sea tarde para aprender que el marino y el negro no se llevan bien, pero tranquila, porque esta mañana me tomé bien las pastillas, sigue ayudándome tu pastillero de blanca porcelana.
     Aquí el cielo está azul, los rayos del sol chocan contra mis arrugas y aunque casi tengo que cerrar los ojos, puedo saludar a los pájaros que revolotean sobre el parque, sí, son los que tanto te gustan. Hoy también les he traído el pan, les lanzo unas migas, pero seguro que, en ellas, extrañan la dulzura de tus manos.
    Adivina de quién es la risa que más se oye entre todas las de los niños del tobogán.  Sí, la pequeña Cata, que da vida a nuestros días y que por cierto ya no la veo allí, pero no te preocupes, seguro que pronto aparece. Te lo decía, viene hacia nuestro banco, con sus rizos saltando por el aire y con su magia, saca una bonita flor de su espalda, una margarita, hoy está el campo lleno de ellas, la pone en mis manos, no sin antes sellarla con un beso, y me dice que es para su abuelita, para ti, mi querida Lucía. Esta tarde, como cada día, cuando te vaya a ver, te la llevaré.
 
                                                                                                                      Arantxa González Montell

Hoy hemos inaugurado una vitrina el el bonito Hotel O Cabazo de Ribadeo.
Los clientes  podrán comprar directamente en el Hotel nuestras piezas, como recuerdo de su estancia en A Mariña Lucense.
Queremos dar las gracias los propietarios de "O Cabazo" por cedernos este magnífico espacio para exponer nuestras piezas de cerámica gallega.
"O Cabazo" es realmente un lugar único, con un servicio impecable.
Totalmente recomendable.